Luis Guillermo Vasco   Luis Guillermo Vasco
 
GUAMBIANOS: HIJOS DEL AROIRIS Y DEL AGUA
 

ANEXO: NUESTRO TERRITORIO GUAMBIANO (NUPIRAU)

“El conjunto de los derechos de un pueblo indígena
no puede desarrollarse dentro de un resguardo,
que es un espacio muy pequeño,
sino dentro de un territorio”.

Floro Alberto Tunubalá
dirigente, exsenador

Un día, cuando en el trabajo que veníamos haciendo quisimos dibujar nuestro territorio y tomar como una primera base los mapas que se conseguían, nos encontramos un problema: lo que aparecía en los mapas de las entidades del gobierno (INCORA, DANE, IGAC, etc.) era, o bien el Resguardo Guambiano, o bien el municipio de Silvia, con unos límites muy poco claros y que a veces dejaban por fuera todo lo que nos había sido arrebatado por los terratenientes; también tenían muchos nombres que no entendíamos o que no estaban en donde quedaban los sitios; otros aparecían mal escritos y no sabíamos qué querían decir.

Pensando, recordamos una lección que nuestras luchas nos habían dejado: que de tiempo atrás las instituciones del gobierno y los papeles nos tenían un engaño, que el resguardo no era lo mismo que nuestro territorio, sino un corral, cada vez más pequeño, en que se nos había ido encerrando desde la época de los españoles en la Colonia, y que así había seguido con la llegada de la República de Colombia. Los límites que nos daban querían decir que no podíamos salirnos de ellos, que allí estábamos metidos para siempre. Asuntos Indígenas fueron los que enseñaron a hacer linderos y mojones dentro de la comunidad; aquí no sabíamos de eso.

Al ir luchando y entendiendo, vimos que lo que teníamos que recuperar no era sólo la tierra, sino nuestro territorio y que, en ese camino, el resguardo tenía que ir creciendo; por eso, además de la recuperación, luchamos igualmente por la ampliación. En los últimos años, otros medios, como la compra de tierras, nos han permitido crecer y volver al Valle de Pubenza en una escala cada vez más amplia y, además, llegar a otros lugares, como el Huila.

Por eso, a la hora de dibujar, lo primero que hicimos fue quitar esos linderos impuestos por los blancos y dejar abierto el camino, en el papel como en la realidad, para crecer, para poder tener el territorio que necesitamos para vivir, para tener todo completo. De esta manera, aunque el mapa se llama Resguardo de Guambía, no tiene límites por ningún lado. Así lo quisieron los mayores, los dirigentes, los maestros.

Una cosa parecida ocurrió con las veredas. Algunos propusieron que se mostrara hasta dónde iba cada una, que se establecieran los linderos entre ellas. Pero la mayoría de la gente no estuvo de acuerdo. Al discutir, nos quedó claro que las veredas no son algo de nosotros, sino que ha sido impuesto desde afuera, por las autoridades del gobierno y por los politiqueros. Ha sido y es una forma de dividirnos para ponernos a pelear entre nosotros y una manera de ir controlando a la gente poco a poco y por pedacitos. Por eso, su número ha ido creciendo al mismo tiempo que disminuye su tamaño, hasta el punto que ya no se sabe muy bien cuántas son; unos dicen que 22, otros que 18.... La gente no se pone de acuerdo., pero muchos compañeros pelean unos contra los otros por tener su propia vereda y, por consiguiente, por tener una escuela, un acueducto, una carretera para ellos solos.

Lo que teníamos antes eran los distintos lugares en que vivían las familias: los Ussa, los Troches, los Yalandas, los Morales, los Tunubalá, y así con todos los guambianos. También se distinguían las zonas de alcalde. Finalmente, en el dibujo que hicimos colocamos los nombres de las veredas, pero no quisimos fijar líneas que las separaran; así no nos dividimos también en el papel.

Cuando caminamos para recorrer nuestro territorio, éste nos habla muchas cosas de nuestra historia, de lo que es ser guambiano, de cómo pensamos y nos relacionamos con nuestros seres, de cómo vemos el mundo y qué creemos importante de la naturaleza... nos dice muchas cosas porque en él están contenidas nuestra vida y nuestra historia. Los nombres que tienen las lagunas, los ríos, los distintos lugares, son una de las maneras como nuestro Nupirau nos habla y nos cuenta la historia. Pero en los últimos tiempos y con la dominación y el despojo de nuestras tierras, muchos de estos nombres se fueron perdiendo y se cambiaron por nombres en castellano, dados por los blancos o por nosotros mismos con los criterios de ellos.

A la hora de dibujar, entendimos que primero había que recorrer acompañados por los mayores, para que ellos hablaran los nombres antiguos y nos contaran su sentido. Era una manera para que el territorio volviera a hablar, para que dejara de estar silencio. Así lo hicimos, caminando con mayores de cada lugar, oyendo sus historias y discutiendo muchas cosas de los mapas hechos por las instituciones. De este modo, vimos que muchas cosas anotadas en ellos están equivocadas y, lo peor, que nos hacen pensar al contrario.

Después de tanto caminar y hablar, logramos encontrar más de 600 nombres antiguos y entender qué quería decir la mayor parte de ellos. Aunque más tarde, algunos mayores nos dijeron que esos sentidos eran apenas “por encimita”, como empezando apenas a “rascar la cáscara con la uña” y que había que trabajar más para ir profundizando y alcanzar su significado completo.

El mapa que mostramos aquí no es el dibujo completo que resultó de nuestro trabajo y que tocó hacer grande para que pudiera caber todo; en éste sólo decimos unos pocos de esos nombres, los de algunos sitios principales que se hablan en el libro. Mostrar el mapa completo, con todos sus nombres y significados, quedará para cuando la investigación haya alcanzado la raíz profunda y vuelto a subir a la superficie.

En la denominación que damos a los lugares aparecen palabras con las que llamamos a ciertas partes de nuestro territorio; así, con sólo oir el nombre, ya sabemos de qué se trata. Aquí no los escribimos todos, sino únicamente algunos, como ejemplos.

Primero vienen los sitios relacionados con el agua. Pisu se refiere a las lagunas, como en Nupisu, la laguna grande o Piedamó, y piur a las chorreras o cascadas, como Arandaspiur, la chorrera de los Arandas. Pi son los ríos y aguas mayores, el principal de los cuales es Nupi, el Piendamó o agua grande; y pikap, los ojos de agua, o nacimientos que llaman en castellano; Yalopikap es el ojo de agua que es negro.

Kulli o kullu es el término con el que designamos las guaicadas, es decir, los valles que van entre dos montañas, tengan o no una corriente de agua que corra por ellas; por el río Corrales queda la de Wasroyakullu, guaicada del nido de las águilas. Chilli son los barriales, lugares peligrosos en los cuales aparece Kallim; por eso los mayores llamaban a una vereda con el nombre de Chillikullu, guaicada del barrial que nunca se seca.

Pala llamamos a los altos en las montañas; de ahí que Truchapala sea el Alto de los Troches. Tun designa a los cerros, como en el caso del Purayatun, el cerro de la casa del maíz. A los puentes los denominamos piudzik; uno de los más conocidos es el Pishaupiundzik, el puente de los Pishau, nuestros anteriores.

Pale es un plan amplio en donde se pueden contruir viviendas; Nuyapale es el plan de la casa grande, en donde vivieron las cacicas mama Manela Caramaya y Teresita de la Estrella. Los planes más pequeños los llamamos chak, de ahí que Pishichak sea un plan en donde hay plantas de guaduilla del páramo. Tarau es el modo de llamar las lomas; por eso llamamos Pesrs>otarau, loma de las tristezas, al cementerio.

Wampik quiere decir espacios amplios, los cuales sólo se encuentran en las tierras de abajo, en donde dan el maíz y el trigo; a un sitio espacioso que queda en la parte baja de Cacique y en donde hay árboles de parkuaro, madera fina que sirve para hacer palas, lo llamamos Parkuarowampik. Tañik son los lugares en donde hay una lomita con un planito, por eso llamamos Koshatañik a un sitio en una loma pequeña que tiene un plano no muy grande y en donde hay árboles de chilco.

Keta en la palabra que indica el lugar de algo o alguien; yashketa se denomina a donde hay árboles de borrachero y Kanterosketa es donde vivían los Canteros.

Como se ve en algunos de estos nombres, un criterio importante para nosotros al llamar a una parte de nuestro territorio es el tipo de vegetación o de animales que hay en él, aunque muchas veces ya no existen; cuando esto pasa, el nombre nos permite saber cuáles eran las plantas y animales que había. El nombre de Kunturyaketa nos cuenta que allí vivían los cóndores, que ya desaparecieron hace tiempo; el de lalutu habla que antiguamente había árboles de arrayán, aunque ya no hay. Otra cosa que se mira es el nombre de los guambianos que viven allí; como en el caso anterior, es posible que la gente ya no esté y se haya ido a otra parte, pero el nombre nos dice en dónde vivieron alguna vez, como pasa con el Masakualliketa, donde vivió el abuelo Manuel Masakualli; también Pellarchak, el plan donde vivía el cacique Pellar con su familia y que hoy llaman la vereda San Pedro.

De ahí que la búsqueda de los significados de los nombres de nuestro territorio y de la recuperación de los nombres mismos que se habían olvidado, tarea en la cual participaron también los niños y los maestros de las escuelas dibujando los mapas de las zonas que les corresponden, fue un instrumento muy importante en el proceso de recuperación de nuestra historia.

Antes toda la tierra era común y no había cercas. Era común hasta el páramo de Moras. El ganado era poco y se tenía suelto en las tierras comunes. Después fueron alinderando lotes para una sola familia. Y con los cercos se acabaron los ganados conjuntos. Hace 50 años, la gente fue cogiendo por lotes y se acabó el común. Unos ponían alambre y otros hacían chambas. Quedaban las sabanas en comunidad, pero había problema de robos de ganado; no podían ya dejarlo suelto y se acabó también ese común.

Pero hoy tenemos un mapa rayado: la tierra cruzada por los cercos y las chambas que han resultado de las adjudicaciones individuales. Tenemos que buscar cómo mejorar esta situación que existe dentro de nosotros mismos. Un primer paso sería hacer actas de adjudicación global a las familias para que haya unidad, al menos entre el papá, la mamá y los hijos. Más adelante se podrían hacer adjudicaciones más amplias para buscar mayor unidad. Y algún día llegar a tener de nuevo la unidad del territorio de un pueblo.

ALGUNOS NOMBRES DE SITIOS EN EL RESGUARDO DE GUAMBÍA
(según numeración en el mapa)


LAGUNAS
1.- Nupisu (Piendamó)
2.- Ñimpisu (Ñimbe)
3.- Maweypisu (Abejorro)

RÍOS Y QUEBRADAS
4.- Nupi (Piendamó)
5.- Marapi (Cacique)
6.- Ñimpi (Ñimbe)
7.- Achipi
8.- Mishampi
9.- Juanambú
10.- Molinospi
11.- Warkullipi (Los Altares)
12.- Katsikualimpi (Aguablanca o Aguaclara)
13.- Moras
14.- Cofre

CERROS
15.- Wikturtun (Cabeza de Oso)
17.- Mogotestun
18.- Matsoretun (Jóvenes)
19.- Trentun (Buitre)
20.- Quinterotun
21.- Kalusruktun (Piedra de la Oreja)
22.- Purayatun (Casa del Maíz)
23.- Nutsaliktun (Peñón)
24.- Tranaratun
38.- Boqueróntun

SITIOS
25.- Corrales
26.- Waunkullu Guaicada del Arracachal)
27.- Achipala (Alto del Achi)
28.- Sabana de los Altares
29.- Alto del Cacique
30.- Lalutu (Arrayanal)
31.- Empresa La Conquista
32.- Nuyapale (Plan de la Casa Grande)

RESGUARDOS VECINOS
33.- Kishkotarausro (Quisgo, Loma de los Perritos)
34.- Quichaya
35.- Pitayó
36.- Mosoco
37.- Yaquivá

Ampliar mapa del Resguardo de Guambía


 
 
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