Luis Guillermo Vasco   Luis Guillermo Vasco
 
LOS CAMINOS DEL AGUA. Según la tradición oral de los raizales de la Sabana de Bogotá
CAPÍTULO 3: LOS CAMINOS


El Ciclo del agua es el tejido territorial común de los relatos históricos que, al ser el más general, "agrupa" o "sincroniza" todos los medianos o pequeños ciclos de todo el territorio. En la Sabana se inicia con la llegada de las nubes a las grandes lagunas de las zonas altas y se extiende por caminos subterráneos, superficiales y aéreos. Pero el "ciclo" completo no lo relatan, es decir, no hablan de su origen en el mar, que sí es su destino, con todos sus seres. De cierta manera, esta distancia con el mar empieza ya en la poca información que se comenta de las aguas que vienen del llano o del Magdalena. Esta falta de "redondeo" en el ciclo puede ser la forma corriente en que los mitos se manejan de forma local, pero también parece ser resultado de la misma pérdida cultural de enlaces y visiones macroterritoriales, que culmina con una aparente exaltación de lo local (cada valle), pero que en realidad es la pérdida del resto de los ciclos. El ciclo es tiempo y creación espacial, pues aunque hay caminos que existen permanentemente, otros son creados al ser ocupados o por el Movimiento de los seres. Los dividí en caminos en la tierra y caminos en el cielo, que son permanentes o estacionales y, por lo tanto, son parte de las temporalidades que analizaremos en los capítulos de "Ciclo anual" y "crecientes".

3.1 Caminos en la tierra

3.1.1 Las lagunas

Además de tierra fría y caliente, cada tierra se divide. Hay varias tierras calientes, según las cuencas principales en las que desemboquen o resuman las aguas del altiplano en sus piedemontes del Llano y del Magdalena.1 La fría está dividida en dos zonas, una intermontañosa y una "llana". La primera cubre el territorio norte (Boyacá y sur de Santander), el centro (de Fúquene y el nacimiento del río Bogotá, hasta Suba, Engativá, Subachoque), toda la zona montañosa oriental (Calera, Fómeque etc.), el sur (Sumapaz) y el borde occidental de la Sabana (la Vega, San Francisco etc.). La zona "llana" es el plan de las cuencas bajas de los ríos Bogotá, Chicú, Subachoque, Los Andes, Checua, Zerrezuela, Balsillas, Tunjuelito, Soacha, Bojacá, etc.; en ella impera el sistema de río y pantanos, en el espacio entre la zona intermontañosa y el Salto de Tequendama. Pero las aguas tienen un origen principal (aunque haya otros menores) y son las nubes que llegan al altiplano.

Las aguas llegan en nube por todas partes, pero en realidad vienen del Oriente y el Occidente y, al entrar por cadenas al altiplano, dan vueltas como viniendo del norte o del sur. Se van a los altos de las zonas intermontañosas y allá alimentan las lagunas "encantadas". Vienen con los Mojanes en nube y escurren a la zona "llana" en Mojanes de lagunas "visibles" y de río que, al caer en el Salto de Tequendama, cierran la tierra fría y caen sin regreso a la caliente.

Las lagunas ocultas se encuentran dentro de cuevas que son llamadas "habitación” de Mojanes y su entrada no coincide necesariamente con las cimas de los cerros. Si ellos quieren, muestran su camino empedrado entre neblina y, me dice Don José Segura, que se asemejan a los de los arhuacos en Ciudad Perdida. Estos caminos, al desencantarse, se convierten en el monte original que los creó y que señala sitio de aguas, generalmente chusque.

“Las cuevas no están en el cerro, ahí en la punta, no. Donde dicen que se abre y se derrama es más hacia el norte, en donde están los eucaliptos, ahí. De ese sitio fue que se desprendió la piedra que dicen hizo rodar el Moján". Teodomiro Rivas, Tenjo.

“Ellos subían a las cuatro de la mañana a la montaña y veían una lucecita. Vamos a mirar allá y de pronto se veían caminando en un camino de piedra con escalones de piedra Vieron una cueva y unos hombres y, cuando fueron conscientes, reaccionaron y se nubló y quedaron en medio del chusque." Don José Segura, Cota.

“Viajaba nuestro hombre en e! páramo detrás de sus animales, cuando, sin saber a qué horas, resultó andando entre un matorral y sobre un camellón cuidadosamente adoquinado. El asombrado viandante siguió hasta encontrarse delante de una cueva a cuya entrada pudo ver dos guardianes al parecer de barro (...)". Fómeque (León Rey, 1942: 163).

“Por qué se ven cosas como calles empedradas?
El Moján le hace ver visiones por medio de la riqueza. (...) Estaba vestido con un pantalón blanco, con la bota izquierda arremangada. Tenía un rejo colgándote del cuello y una ruana blanca, sombrero blanco. Llevaba un rejo de enlazar y un rejo en el pescuezo. Sin alpargata, con la pata al suelo.
¿Sin zapatos por la carretera?
Es que él anda sobre la riqueza, con el agua, no necesita zapatos, no que es dueño de todo." Don Carlos Balsero, Cota.2
Los Encantos necesitan "extender" el agua sobre la tierra seca para movilizarse. En algunas versiones, él habita dentro de la laguna (nadando) y en otras se aclara que a pesar de la laguna, en sus profundidades hay un espacio "seco" donde permanece. Los sitios cotidianos de "habitación", como los túneles, no son completamente acuáticos sino sitios "secos", aunque sin el "aire" o "vaho" de nuestra atmósfera. Por eso es que estas cuevas son "puertas", pues los Raizales pueden, si los Mojanes lo permiten, salir y entrar sin encantarse, cosa que no es posible en una laguna "visible".

¿Pero adentro no hay sitio seco?
Pues sí, ellos se la pasan por el agua, pero adentro de la tierra, al lado del agua hay la habitación." Doña Sixta, Cota.
En los relatos publicados las lagunas "visibles" son muy semejantes a las viviendas de lo seco. La siguiente es una reelaboración mía de un relato recopilado por Antonio León Rey sobre la casa del Moján en la laguna de Ubaque, a la cual solo se puede entrar sin encantarse por la cueva del cerro alto, o sea, una "puerta".3

"La entrada (...) (era) una piedra muy grande, llamada todavía el Puerto.(...) no hacía más que llegarse a la piedra, darle tres golpes en cierto sitio y al instante ella se retiraba (...) para dejar libre la entrada, en la cual había una puerta que por ensalmo se abría y dejaba ver amplias escaleras de piedra, que se profundizaban y se perdían en la lobreguez desconocida. Y quien tuviese el valor de descender, al rato se hallaba en presencia de habitaciones regias, cubiertas sus paredes de preciosas mantas, portadoras de tunjos y variados objetos de reluciente oro y enjoyadas de pedrería finísima. Y si avanzamos más para dejar a sus espaldas el palacio, encontraba los huertos y los jardines, en donde crecían las más hermosas hortalizas, entre las cuales sobresalían unos repollos tan grandes como jamás se han visto; allí se doblaban bajo el peso de la cosecha escogidísimos árboles frutales que incitaban al apetito del visitante; allí se cultivaba la tierra con tal arte que ella se complacía en producir en forma varia y pingüe cuanto se le confiase.
Era el Moján un anciano de larga y blanca barba, vivía recogido en sus habitaciones" (...) “Empero, cuando algún profano llegaba hasta las orillas de la laguna para irrespetarlas, entonces se enfurecía y, al agitar la barba, las aguas bramaban y el huracán se desataba, infundiendo pavor en el sacrílego que así violaba sus dominios.
Muy de tarde en tarde, salía a respirar vientos mundanos y entonces se sentaba tranquilo sobre la piedra del Puerto, en donde fue visto muchas veces sin que él lo notase. Y allí en actitud de meditación profunda, era de admirar la cascada de su barba que se agitaba al impulso de la brisa." (León Rey, 1949: 92).
La vida en las lagunas es una copia de la vida antigua en lo seco, con algunas variantes como la preponderancia de plantas "frescas" en la huerta o el oro que denota "frío". En la mayoría de relatos se habla de un personaje único con sus animales, pero recordemos que se diversifica y multiplica. En cambio, en éste relato de Ubaque se incluyen "sirvientes", y en otro, en Nemocón, se describen pueblos, construyendo una imagen de sociedad bajo el agua. Hay mitos semejantes en otras lagunas amerindias en Perú, Ecuador, Chile y Bolivia que tratan sobre pueblos anegados por sus pobladores infractores (no cumplieron normas de reciprocidad y redistribución) y que están en sus lechos; solo en ciertas fechas salen de noche a la superficie del agua.4

Las lagunas "visibles" o "ventanas" más grandes son: Fúquene, Cucunubá, Suesca, Guatavita, Siecha y Ubaque; pero también son "visibles" todas las pequeñas de cada valle y las que llamamos "pantanos", que se forman y crecen con las aguas de río (en invierno) y nubes. Las lagunas superficiales tienen, a diferencia de las ocultas, la facultad de moverse de un sitio a otro sin perder su forma. Las ocultas, para movilizarse, se "desfondan" en creciente, transformándose en río. Por el ciclo del agua, las lagunas "visibles" son derivadas de las ocultas, conectadas en capas profundas y quebradas superficiales. Las conexiones profundas son "túneles", "columnas" y "cadenas".5

3.1.2 Túneles

En cada cordillera puede haber varios Mojanes medianos dueños de un cerro; su tamaño es intermedio entre los pequeños Mojanes de nacimientos y los grandes, de las fronteras del territorio, como Fúquene. Se comunican por túneles "perpendiculares" a la superficie de la tierra; en ascenso separan aguas y multiplican personajes; en descenso unen aguas y sintetizan personajes. Pero hay otro tipo de túneles, y son los que se sumergen hacia las profundidades de la tierra y que he llamado "transversales". Todo túnel "perpendicular" a los valles es llamado, por los Raizales, cadena; los "transversales", que van de las lagunas ocultas a las profundidades de las aguas, son llamados columnas.

Cadenas de oro en una misma cordillera


Las cadenas de oro son túneles que van por dentro de las cordilleras (a un nivel más alto que el del valle).

"(...) porque oro a había aquí en Suba, en toda esa cordillera, pero vinieron unos alemanes hace como 20 o 25 años y sacaron toda la cadena de oro que iba por esa cordillera." Doña Florina Triviño, Suba.

“Dicen que arriba de la Peña hay una cueva (...) que dizque esa cueva sale lejos, a Tabio, y por dentro va como una cadena de oro." Don Pedro Nemocón, Tenjo.
Las cadenas son también, alternativamente, carreteras o túneles, por ejemplo entre Majuy (Cota) y Chía, o entre La Calera y Monserrate.

"El túnel de Buenavista pasa por aquí (señala el paso entre Majuya y Majuy). Es como una carretera. Adentro hace más calor que en los llanos. De aquí al Majuy y va a salir a la Balvanera (Chía).”
¿Y por dentro de la carretera es agua o cómo es que andan los Mojanes?
“Pues así como va una carretera para el río, al lado va carretera para gente." Don Sixto, Cota.

"La cueva que están buscando no se deja encontrar tan fácil, tiene muchos secretos. Dicen que la hicieron los indios y que va de aquí hasta Monserrate. Sale allá a una cueva grande que también hay. Cuando llegaron los españoles, los indios se metieron en esa cueva y salieron por allá." Don Bautista Neque, La Calera.
Tanto las cuevas como los túneles están relacionadas con la resistencia mítica y el ocultamiento de los antepasados ante la conquista española, resaltando la movilidad que permitían de un cerro o valle, a otro. Siempre se dice que, aunque en su inicio son muy estrechos, lentamente o después de una gran roca, se van ampliando hasta convertirse en grandes cámaras. Por ir dentro de las montañas, que van casi todas de Norte a Sur, estas cadenas “comunican" a los esposos que están en la misma cordillera, por eso sus extremos son las dos cuevas. Esto no quiere decir que sigan las coordenadas, sino que siguen a lo largo de las cordilleras, que por movimientos geológicos van todas de norte a sur. Dos ejemplos extraídos de textos de investigación oral: Una es la cordillera que va desde el cerro Gone hasta Boyacá (Briceño-Nemocón-Tausa-Cucunubá-Boyacá), textos tomados de Vengoechea, y el otro es de Gachaneca (La Candelaria-Iguaque), tomados de Moreno. Ambas descripciones corresponden a la misma cordillera, solo que la primera es su parte sur y, la segunda, la norte.

"(...) es un soto cerro y tiene mucha historia de tesoros, por ejemplo, vivieron los indios al la’o de Boyacá, eso de Sutatausa y viene aquí a Tausa, y el cerro este de los Tunjos… y el cerro aquél de Nemocón... y el cerro de aquí, el de Tibitó." Campo Olías Ospina, Nemocón (Vengoechea, 1992: 85).

''(...) hasta… hasta Cucunubá... Lenguazaque... es un solo cerro... y tiene mucha historia de tesoros, por ejemplo, vivieron los indios... al lao’e Boyacá, qu’es el mismo cerro... del lao de Boyacá todo eso era de Sutatausa ... y viene aquí a Tausa y el cerro este, el cerro de Los Tunjos, aquí a dar con el indio Zipa y el cerro alto este de Nemocón (...)". (Ibíd., p. 76).

"(...) como dicen, es verídico, es la razón de que, de que dicen que por entre ese cerro de aquí del Tunjo a Tausa, o a Cucunubá hay un... un... un hueco, un túnel por entre el cerro. (...) Y en el Boquerón de Tausa, ahí en la carretera por este lao, ahí, ahí está la boca...". (Ibíd., p. 78).
El inicio de la cordillera es en Briceño, en el cerro Gone, recorriendo luego varios municipios y teniendo en el recorrido varias "puertas" (el túnel en Tausa o cuevas como la del "Zipa"). En el siguiente testimonio, Don Pedro Valero conecta la parte sur con la norte, pero enlazando con los túneles sus lagunas.

“Sí, el cerro tiene sus historias, porque antiguamente decían, me acuerdo que mi abuelo me contaba, que ese cerro tenía conexión con el cerro de Leiva. Dizque había, quién sabe si será cierto, que había un túnel conectando a los dos cerros y que se conectaba y que habían unas vigas de oro, que no sé, que dice la gente y que había unos muñecos parados en la loma" (...) "Y entonces dicen que hay conexión de estos dos cerros, porque en este cerro hay una laguna y en el Cerro aquél hay laguna. Llama la laguna de San Pedro de Iguaque y entonces entre esas dos lagunas hay conexión y que de pronto, con el tiempo, que no se sabe, que entonces ese cerro puede explotar y que puede inundar estos cañones, decían los antiguos, eso decía mi abuelo, que él hablaba mucho sobre esas cosas." Pedro Valero, La Candelaria (Moreno, 1994: 162).
En los textos se alcanzan a ubicar cuatro cuevas de Mojanes (El Tunjo, Tausa, Gachaneca e Iguaque), que deben multiplicarse por un número indefinido de "puertas" o "ventanas" más pequeñas, siendo una cordillera tan larga. ¿Qué implica la descripción fragmentada de este túnel en dos áreas? ¿Por qué los del sur describen un túnel que une cuatro municipios y al resto lo generalizan como "Boyacá"? En un mapa observo que la frontera entre las dos descripciones de los túneles, son ríos que atraviesan transversalmente las cordilleras, sin dividirlas totalmente. La frontera norte es un río que nace en la laguna Suesca y se divide en Tibitá (al oriente) y otro que desagua en el río el Suta (occidente). La frontera norte de la descripción de Pedro Valero es el río Arcabuco, que corta parte de la cordillera con un profundo cañón. Luego de Arcabuco, la cordillera no vuelve a sufrir ningún tipo de corte fundamental de aguas hasta su punto final en los municipios de Onzaga, Tipacoque y Soatá, 100 Kilómetros después. El reconocimiento de un túnel que una a toda esta zona y, en sí, a toda esta cordillera "occidental" de la meseta Boyacence (la "oriental" es la del lago de Tota hasta Guicán), sería la culminación de la comprobación de una geografización vigente de mitos macroterritoriales sobre cuevas, que hasta el momento no se han recopilado, pues los mitos macroterritoriales recopilados son sobre movimientos atmosféricos y fluviales de los Mojanes. Por eso es importante detenernos tanto en la descripciones ya publicadas de cadenas y columnas macroterritoriales.

Basándome en el análisis de esos movimientos, considero que las cadenas de norte a sur están asociadas a las distintas representaciones de los esposos y, por ende, a los veranos y al comercio entre Mojanes; las siguientes de Oriente a Occidente lo están con los amantes y el invierno.

Cadenas de oro entre filos de cordilleras vecinas


El ciclo del agua se inicia en las lagunas mismas que crean o enlazan nubes y llueven. De las cadenas anteriores se desprende cualquier cantidad de túneles subterráneos descendentes, que también van "perpendiculares" a la superficie. Por ellos viaja el agua que, al brotar, alimenta las cañadas, nacimientos, lagunas, pantanos, etc... Los túneles son una extensión de las profundidades y por eso comunican a toda la gente del agua, mientras en el aire, la comunicación es más selectiva, por ser caminos más "colonizantes" y estacionales.

Es en éstos túneles que se encanta más gente de lo seco (por accidente o por acción de los encantos), pues no están exclusivamente en las partes altas, si no que descienden hasta los pueblos; algunos desembocan en cañadas por las que periódicamente desagua una creciente, por lo que generalmente coinciden las zonas de encantamiento con caminos subterráneos y fluviales.

¿Qué sabe sobre el Moján?
“Lo que sé es que vive en las cuevas. En Cetime hay muchas. Hay la historia de difunto Emilio. Él era un viejo que hacía canastos con chusque, cañuela y bejuco. Subía al cerro a buscar esos enseres para su trabajo. También subía por leña, como antes se tenía de costumbre cocinar todo con leña, él iba y la vendía en el pueblo. Una vez fue y se cayó en un hoyo. Esos eran hondos, hondos. Pues el viejo se perdió ocho días. La hija ya se extrañó mucho y se daba cuenta de que el perro del papá venía a la casa y se volvía a ir todo el día y así todos los días. Entonces lo siguieron y lo encontraron vivo a Don Emilio. ¡Es que la gente de "antes sí que era fuerte!, no me acuerdo en dónde fue, pero fue en Cetime. Allá fueron y lo sacaron con cables, linternas y vivió hasta mucho tiempo después. Eso fue hace como 50 años, porque yo estaba muchachita." Doña María Segura, Cota.

"(...) porque oro sí había aquí en Suba, en toda esa cordillera, pero vinieron unos alemanes hace como 20 a 25 años y sacaron toda la cadena de oro que iba por esa cordillera. Eso todo está cueviado, se llega a desembocar por debajo y se hunden todas estas casas. Es que todo está lleno de cuevas y estas casas se han de hundir." Doña Florina Triviño, Suba.
Entender las montañas y los valles como laberintos es, también, entenderlos plenos de agua y de riquezas. Por eso, es igual decir "el Moján está bravo" o "el cerro está bravo" (cubierto de mantos de nubes), pues son un solo organismo, que se cubre con una extensión de sí mismo.

"En el Majuy hay una cueva, pero es por Buenavista, por el lado de Tenjo. Yo nunca la he visto, pero dicen que está. Esa cueva está más abajo de la punta, pero viene a dar al Majuy. Es que el Majuy es hueco, está todo lleno de tesoros, debajo de la Peña es que está el tesoro. Contaban que de allá del Majuy bajaba una quebrada de mero oro y que bajaba por entre las peñas. ¡Quién sabe si será verdad! Pero lo que sí sé es que hay muchos hoyos por todos lados, eso es muy peligroso." Doña Vicenta Ramón, Cota.
A medio camino nos encontramos con Doña Vicenta, que nos comenta de quebradas de agua y de oro equivalentes, de lo que nace mi hipótesis más general sobre contextualización de túneles y crecientes. Cadenas, columnas y aguas tienen la misma esencia y la misma corporeidad (de agua y de oro), corporeidad que en ocasiones se disuelve para salir en creciente. Así se diluyen sobre la superficie de la tierra, abandonándola a su suerte, pues la tierra puede hundirse irremediablemente. No se ha localizado un testimonio que confirme esta hipótesis, sino muchos que la dejan implícita. De ser ésta la explicación, se puede comprender el enterramiento de Brujos y "muñecos", no solo como reciprocidad con los Mojanes para que no hagan crecientes, sino como una forma de CONSTRUIR mundo, reforzando las columnas y cadenas que lo sostienen.

Los túneles que bajan los cerros también conectan rocas encantadas, que en invierno son puerta de gentes del agua. Como ya lo vimos, esas piedras son intercambiables con monumentos de piedra "español-colombiano-mestizos", pues no solo son cruces, sino esculturas, centro de parques, alcaldías, atrios de Iglesia, altares... El mundo cósmico español, centrado en la plaza, es invadido por la resistencia india. Recordemos el relato de Nemocón, en que un hombre encerrado en una Iglesia encantada logra salir al orinar, pues abre una "rendija" que culmina en el atrio de la Iglesia del pueblo.

“Pues los mayores contaban que arriba, en el cerro, hay una cueva y que esa viene a dar aquí, al centro del parque, donde pusieron la pita. Otros dicen que comunica con los subterráneos de la alcaldía y de la policía.” Don Jorge Cabiativa, Suba.

"De la cadena de oro con que midieron la plaza de Nemocón, pues esto me lo contó la señora Primitiva, la mamá de Chucho Contreras y la mamá de la señorita Ana Rosa... era gente antigua, era muy... tenía muchos años, ya bien antigua, ella nos contaba que sabía cómo los españoles vinieron a perseguirlos... Entonces los Nemequenes enterraron una cadena, que con esa cadena midieron te plaza de Nemocón... se cree que un costado del cerro sea el eslabón de la cadena... Y ellos se escondieron en ese cerro.(...)" Ramón García, Nemocón (Vengoechea, 1992: 77).

"(...) Hay una (cueva) a la entrada del pueblo, en el sitio de la Virgen, que comunica este lugar con el parque, el río Botello; por una parte de esta, inclusive se podía entrar y se veían murciélagos y aves nocturnas, esta va sobre el techo del río, formando un puente natural con la misma roca." Facatativá (Merchán; Ramos; Cabezas, 1995).
Finalmente, estos túneles-cadena se extienden de una cordillera a otra, atravesando los valles subterráneamente. Como los túneles vienen de ambas cordilleras, se encuentran en los ríos principales de los valles donde desembocan sus aguas; pero también por ellos se "visitan" entre los Mojanes (y las aguas) de una cordillera a otra, ascendiendo por el túnel del Moján vecino.

"En los talleres, los viejitos contaban que en la entrada de la cueva hay un gigante de barro vigilando. Pero no se quedaba ahí, también decían que ese Moján se comunicaba con el de Usaquén, que había un túnel entre esta cueva y el pueblo, atravesando el valle." Elizabeth Rodríguez, Suba.

"(...) que había cuevas profundas donde los enterraban, había una cueva que pasaba por debajo de Facatativá a Manjui. Estas cuevas presentaban repisas y, por debajo, pasa el río Botello." Martín Gómez Moreno, Facatativá (Merchán; Ramos; Cabezas, 1995).

"Hay otra que comunica del sitio de las piedras a Manjuí, que fue el sitio de adoratorio y, otra, según Fabio Peñarete, escritor boyacence, va desde e! adoratorio de Chía al parque arqueológico." Juan Ramón Ruiz, Facatativá (Merchán; Ramos; Cabezas, 1995).
Estos túneles perpendiculares entre cordilleras vecinas pueden unirse entre ellos y formar redes, como la que recopilo César Moreno en el espacio de Sora, Cucaita y Samacá, donde hay un "triángulo” formado por dos cadenas de oro de Norte a Sur, que se unen con otra de Oriente a Occidente bajo el valle.6

Túneles hacia la profundidad: columnas de oro


De la piel de las lagunas superficiales y ocultas (estas dentro de las cuevas de las que ya hemos relatado varios testimonios) nacen columnas que se hunden en las profundidades.

"En una vivienda muy cerca del páramo de Iguaque vivía Doña Tulia; en su casa me quedé varias veces. Ella me refería sus historias, llamándome su hijo, decía que sabía que Guatavita, Iguaque y Siecha estaban unidas, que eran como tres columnas que soportaban el mundo, que cuando las desocuparan se caerá el mundo. Decía que los "duendes" del páramo lo podían a uno llamar y uno se tiraba a la laguna." Doña Tulia, Iguaque (Forero, 1992: 107).
Las columnas que se "desocupan" y se "cae" el mundo son una confirmación de la hipótesis de que las crecientes de agua que traen oro o que son oro líquido, son la misma corporeidad del agua de lagunas y de las columnas de esas lagunas. Coyaimas y Natagaimas, según Franz Xavier Faust, tienen mitos similares, pues bajo las lagunas, bajo un nevado donde está el señor del trueno, y bajo una Iglesia, están las columnas que al caer pueden hundir el mundo en la gran laguna que está bajo tierra seca. La diferencia es que esa laguna se extiende en las profundidades como una unidad, y que en el fondo es agua salada (¿el mar?). En la Sabana habría que investigar si las columnas se asientan en el mar o si, como hasta el momento se deduce de los relatos, no hay comunicación profunda directa entre el mar y las lagunas encantadas.

"(…) Sí... he oído también de un túnel larguísimo... Un túnel que va a salir a Peldar, entra... la entrada es en la cueva de la mata de palma... También a otra persona le escuché ese relato, Feliciano, y que ésta cueva, que es encantada, que hay columnas de oro, que hay una cantidad de cosas, que es un palacio subterráneo." Jesús Contreras, Nemocón (Vengoechea, 1992: 80).

"Según su decir, ya ha descubierto las columnas que sustentan el templo indígena y pronto acaecerá el hallazgo de los dos guardianes de oro que lo custodian." Chingaza (León Rey, 1992: 163).
Ahora que hemos recorrido los caminos subterráneos, podemos ya hacer el recorrido general del ciclo del agua, que empieza por los caminos que se forman en el aire. Algunas nubes le nacen a las lagunas ocultas, pero en general vienen desde puntos extremos en el macroterritorio, de los llanos o del Magdalena (no señalan su relación con el mar). Son enlazadas en un tejido de punto, de cerro en cerro, de cueva en cueva, hasta cubrir toda la tierra fría de un extremo al otro.7 De todas ellas desciende el agua por los túneles hasta nacimientos, lagunas "visibles" y ríos, para finalmente caer en el Salto de Tequendama y al mar.

3.2 Caminos en el cielo

3.2.1 Están bravos

Cada Encantado tiene poderes para crear el tejido de las aguas, y esos poderes le nacen de su encantamiento (que es vitalidad), al convertirse en el guardián y dueño de la riqueza (y del cerro que la oculta), a la que protege con los poderes que da el oro: tormentas, granizo, lluvias, viento. Como guardián (y el cerro como su símil) desata su "bravura" para crear caminos de relaciones con otros Mojanes o con los humanos. En este último caso eligen a las personas que pueden subir a sus cimas, si no son de su agrado o si "no las reconoce" (guaqueros, exploradores, cristianos, curiosos, etc...) levantan una capa de neblina que hace perder hasta al más baquiano, o hacen un tormenta de granizos como piedras cayendo del cielo, o una gran tromba de viento. Todos los fenómenos meteorológicos son provocados y nacen o salen de las Lagunas y las cuevas encantadas, que se abren para dejarlos fluir. Parecen independientes del cuerpo del Moján que los provoca o los guía, pero escuchando las referencias del cerro cubierto de nubes o de la cueva con neblina, estos fenómenos son extensiones de su cuerpo, que desata a su gusto.

“Yo he entrado varias veces. Uno entra y como a media cueva, donde ya empieza Tenjo, está la neblina. Son los restos del Moján. El ya se fue pero dejó sus restos." Don Macedonio Romero, Cota.

"El Moján es el guardián de los encantos.... de todo ese tesoro. Por eso, cuando alguien sube al cerro, él se enoja y se llena de neblina." Uriel Nemocón, Tenjo.

''Ahí es donde vive la fulana, en un cerrito (junto a! Neusa). A nosotros nos decían que el que subiera, se quedaba, pero nosotros no hicimos caso y comenzamos a subir con baldes de agua y pescado para hacer un cocinado. De pronto, como a mitad de colina, se armó una tempestad. Un granizo grande con viento y lluvia. Tan fuerte que casi nos empelota. Cuando ya vimos que la ropa se nos estaba rompiendo, nos regresamos y ¡Eche pa'bajo!. Cuando bajamos, ¡cómo se reían de nosotros!, que a la Mojana no le gustaba ni que le tocaran la laguna ni que se subieran al cerro." Don Seferino, Cota.

"Mediante lluvia y viento, los encantos o mojanes impiden que los hombres se acerquen a sus moradas. Se sabe, por ejemplo, que los espíritus de la montaña del Choque son feroces. En efecto, ningún campesino se atreve a escalar esa cumbre, ni siquiera en Viernes Santo, cuando se cree que allí, en una áurea Iglesia, se canta misa." Saucío, Chocontá (Fals Borda, 1955: 232).

"Cuando, en la región del Tequendama, la niebla cubre valles y montañas y el grajo o el currucucú lanza su triste canto, la gente dice que es Juan Díaz, que todo lo cubre de tristeza" (Ariza, 1990; 110).
La "bravura" es una actitud intrínseca al encanto, que consiste en desatar la fuerza de sí mismo, de su propio cuerpo, como afirmación de apropiación de territorios y de enfrentamiento con quien intenta destruirlo o desplazarlo.

“Hay también muchos hoyos por todos lados, eso es muy peligroso. Una vez a unos vecinos se les cayó un buey y no lo pudieron sacar. Entonces metieron a un indio para que lo amarrara, pero el buey estaba encantado y no se pudo.”
¿Por qué encantado?
“Porque se embraveció, no se dejaba agarrar. Estaba vivo pero encantado.”
¿Qué significa encantado?
“Encantado es la riqueza que no deja pasar a nadie. Cierra las puertas y no deja arrimar. Si lo va a coger, se arma una tempestad, fuertísimo, es para que no lo cojan." Dona Vicenta Román, Cota.
Estar encantado es mantenerse distante o defenderse de todo lo que no esté en el mismo sistema de encantamiento; de todo lo que no esté relacionado con la riqueza, los canales acuáticos, el frío y lo "fresco", aún de los mismos Raizales, como el indio del relato. Lo opuesto son los seres cálidos de lo seco, la sal del bautismo (sal "tratada"), los alimentos no "frescos" y el ambiente seco (el aire o vaho de la superficie).

A pesar de estar diferenciados territorialmente, los seres del agua y lo seco mantienen permanentes intercambios, robos e invasiones mutuas en sus respectivos territorios. Con la "bravura", los encantados invaden lo seco, tanto para intercambiar y, con ello, expandir el invierno, como para evitar ser invadidos y robados. La bravura, entonces, se desata por varias causas, que podemos agrupar en dos tipos de relaciones:

La primera, de convivencia territorial, creando los encantados caminos estacionales en el cielo (nubes) y aumentando los cauces permanentes (ríos y lagunas). La segunda, de conflicto, pues es la persecución mutua (de gente de lo seco y del agua), en una guerra por los territorios. En la época nueva, la guerra se debe especialmente al desplazamiento de aguas que provoca la modernización, despojándola de recorridos, caminos y "casas". La humedad permanente hace que la entrada de una cueva sea fácil de ubicar, pues permanece cubierta de neblina.

"La Mojana vive allá, donde está la tierra (recebera). Toda esa parte está llena de cuevas y túneles.”
¿Pero ella no vive como Majuy arriba del cerro?
“No, ella vive abajo, ahí es que se ve la neblina. Ahí es donde se asienta el arco iris." Don Macedonio Romero, Cota.
En los extremos del arco iris hay siempre nacimientos o lagunas (se incluyen en éstas los pantanos) y, en caso de detenerse en zonas "secas", están señalando a la laguna encantada. Están habitadas por encantos, que tienen una característica común: ser seres que se clasifican como de tierra-agua, o aire-agua (patos, serpientes, sirenas, tinajas, bueyes, mulas etc...). Es más, algunos son seres que personifican más la vida en el lodo, como los cangrejos, serpientes, cerdos y los pescados carpas. Necesitan de la laguna, tanto para "habitación" como para movilizarse.

3.2.2. Las nubes entre cuevas: lagunas ocultas

Esta es la época en que toda la tierra está de jolgorio, viajando y parrandeando, por eso el tiempo no está quieto como en verano.

"Es muy raro. Tan entrado el verano y que siga lloviendo. No quiere asentar el tiempo.”
¿Por qué "asentar"?
“En verano todo se aquieta. No se está moviendo, como ahora el tiempo." Don Constantino Segura, Cota.
Hay distintos tipos de caminos en el cielo: las nubes de invierno (los más relatados), los arco iris y la lluvia de verano, con su calina. Pero el movimiento no es el único signo que avisa el invierno o el verano, se tienen otros avisos, aunque no conozcamos aún sus símbolos ni sus hacedores.

Las nubes de Palmas no están personificadas ni periodizadas, pero se las clasifica como signos de temblores y aparecen a finales de Septiembre y principios de Noviembre. Las de ovejas aparecen con el invierno de Abril; y los caminos de hielo, con el verano de vientos, en Agosto y Diciembre. Estas últimas son el único signo de nubes que existe en verano, junto con la Calima, que es un tipo de humedad dispersa que cubre los cerros.

“Cuando va a temblar, las nubes están rizadas o, como decía mi papá, en palmas. Cuando las nubes están en forma de ovejitas, es que va a granizar. Aparecen a las diez o once de la mañana. Cuando se forman los "caminos de hielo" en la noche, es que en la madrugada va a helar. (...) Del arco iris dice que es el que llama el invierno. (...) El sol, en cambio, señala verano en los atardeceres, cuando se está ocultando y se ven las nubes como un rojo, coloradas, donde les da el sol.”
¿En qué épocas aparecen los caminos de hielo?
“Aparecen en Diciembre y Septiembre. Pero como ha cambiado tanto el tiempo, se ha visto helar en Mayo." Teodomiro Rivas, Tenjo.
Las nubes, en general, tienen un proceso de formación, y lo pueden tener en invierno como en verano, aunque en invierno es más común. Nacen de algún cerro y van viajando por una senda qué se repite según el periodo, formando cadenas de nubes que unen varios cerros, o formándose en el cerro por humedades de sí mismo. Por eso las nubes nunca son simplemente nubes todas iguales, son distintas cada una, pues nacieron en distintos cerros y así se las distingue, por el nombre del cerro, que es el mismo del Moján. Se van "formando" y, según de donde vengan, llueve en determinados sitios.

"Hay les va a llover ¡y yo atrasándolos! Viene de Chía, la nube se está preparando por Poveda (vereda Tenjo).”
¿Cómo se prepara una nube?
“Pues así, viene toda esa neblinita, como con calima, y se va juntando despacito y va andando y se va formando más grande, hasta que ya, a mitad de camino, está gruesota y negra. La anterior que se formó, cogió por el valle y hizo invierno en La Punta (vereda sur de Tenjo).”
¿Y la que está pasando por arriba del cerro?
“Seguro se formó en el Peñón de Zipaquirá y se viene de para acá (Chincé, vereda Tenjo) y se pasa para el Tablazo (Subachoque). Si la nube llueve en Juaica (Tabio-Tenjo), seguro llueve aquí en Chincé y ahí va lloviendo, pero por arriba." Don Abraham Rute, Tenjo.
Las nubes, en las descripciones, son origen y orientación, cosa que no es gratuita, pues desde Chincé, por ejemplo, no se puede ver el Peñón de Zipaquirá. Esto depende de conocimientos que se han heredado y que hacen parte de todo el sistema de Mojanes de la Sabana. Los caminos que estas nubes van haciendo a su paso, son repetitivos anualmente, según el periodo de invierno o verano. Son esos caminos los que se memorizan y comprueban cada periodo.

Las nubes que se van "formando", aunque vienen de determinado sitio, llegan a algunos cerros. Puede ser en forma de un camino sin divisiones (invierno), o de nubes rotas por el viento, que logran atravesar valles de un cerro al otro (verano). Cuando llegan a los cerros, los cubren como vestidos y la gente dice que el Moján se puso el sombrero o la ruana. El sombrero se forma con nubes pequeñas, que se estacionan en el pico de las montañas; estas nubes son generalmente de lluvia, pero no siempre logran llover sobre el valle o en los pueblos, sino que solo lo hacen en el cerro mismo, a menos que se vayan "preparando" y se vuelvan "montera".

"La historia que me sé es que el Moján vive en la Laguna de Fúquene y, cuando es verano, visita a la Mojana que está en el cerro "La Vieja"... por eso dicen que el cerro se pone sombrero, porque el Moján está en la mera loma arriba." Don Tulio Castro, Sutamarchán.
Los sombreros en los cerros son comunes al inicio y fin del invierno, por las nubes que se agrupan en las cordilleras, especialmente en su costado Oriental. Luego, al soltarse del cerro, se unen en la mitad del valle, donde rápidamente se vuelven a separar, para volver a unirse en el cerro de enfrente. La ruana, en cambio, son nubes mucho más grandes, que suman humedades que trae el viento y forman "mantos" sobre las montañas, o son caminos muy grandes de nubes invernales, que sobrepasan los picos y forman esos mantos, "arrastrándose" para tomarse todo el valle. Por eso dicen que se "terció" la ruana o la "montera", porque la nube se asienta en el cerro como una ruana en el hombro de una persona.

"Cuando la nube pasa arrastrándose por el cerro, los viejos dicen "el Majuy se terció la ruana". Eso es aviso de lluvia. También mi papá decía "el cerro se puso el sombrero', pero es cuando las nubes pasan más alto, por el puro pico." Teodomiro Rivas, Tenjo.

¿Y aquí en el Majuy no hace neblina?
“Sí hace. Cuando hace es que el Moján se puso la ruana. El vivía en la cueva honda que queda por Tenjo, pero no volvimos a subir ni a entrar por la Chimbilicada."
¿Como es que se llenaba de niebla?
“Sí, los viejos decían "no demora el Moján en ponerse la "montera". Se empezaba a llenar de niebla, a llenarse... y era seguro que llovía.”
¿En qué mes era eso?
“En septiembre y en octubre era que llovía a mitad de mes de cada uno. Era que estaban bravos el uno con el otro, el Majuy con la Majuya." Don Macedonio Romero, Cota.
Se encuentran al mismo tiempo machos y hembras para amarse, cuando los rige la luna menguante y dejan caer el agua de invierno, que fertiliza la tierra. El tiempo no se "asienta", pues las nubes y la lluvia son el camino para que el Moján visite a la Mojana, o ella lo visite a él. Las nubes se pueden iniciar en un cerro y llegar hasta la punta del de enfrente, atravesando el valle, y así traer el agua de solo una orientación. O salir de ambos cerros y encontrarse en la mitad de los valles. Así, las nubes nacidas de la laguna de cada cerro, comunican las cimas en un solo y único camino de agua.8 Estas visitas se producen en cadena desde los Llanos o desde el valle del Magdalena, engarzando las "monteras", que salen de las lagunas "ocultas” de las cuevas en los cerros; luego derivan en nacimientos, arroyos y lagunas superficiales, alimentando el monte.

Nacimientos: El Juaica y las Vírgenes


"El moján es como una bola de chamizos que anida los nacimientos de agua." Nibia Caita, Suba.
Este Moján es bajito y circular. Un tipo de representación, que se hizo en Cota, es la de un canasto al revés, vestido de paja, un sombrero antiguo y dos ramas como brazos, personificando las variadas plantas que atraen el agua. En las fiestas de matachines en Nuevo Colón (Boyacá), para representarlo se cubren el cuerpo de musgo y una máscara de Diablo, con los cachos hacia el suelo. En las historias de la Sabana, aparecen también asociados a plantas como el chusque.9

"Al acercarse la media noche, hacen su aparición los mojanes, moxas o mojas; estos personajes son los más importantes y curiosos, todo su cuerpo está cubierto de musgo color café, un musgo espeso, denso, que los hace gigantes, su rostro está cubierto con una mascara de diablo cristiano, pero sus largos cuernos no se proyectan hacia el cielo, sino hacia la tierra. Los Mojanes andan en cofradía, pueden llegar a ser más de diez, producen un sonido algo misterioso, una especie de grrraeea..... que la gente trata de imitar, llamándolos, ellos en conjunto persiguen a los imitadores y al que se deje coger lo golpean con un pedazo de cuero; el lapazo es de verdad y la gente queda adolorida." (Araque: 1993).
En Fómeque hay un personaje equivalente que tiene barbas de musgo.

"’No moleste porque se lo lleva el Juaica’, era una frase empleada por los padres campesinos de hace una decenas de años, para sofrenar la alocada actividad de los infantes. (...) Hay, en los montes, ciertos sitios jamás hollados por humana planta y donde los rayos de sol apenas si logran filtrarse a hurtadillas por entre el tupido follaje. Y aún en medio de los terrenos cultivados había no ha mucho grandes matorrales de mosqueta (...) Pues en esos impenetrables lugares tenía su vivir un anciano descomunal, de espesas barbas de musgo del mismo monte, cuyo grito no se distinguía del aullido de los zorros y a quien se conocía en todos los contornos con el nombre de Juaica. Siempre que salía de paseo por lo descubierto del mundo llevaba su gran bastón de oro macizo (...) era un ser inofensivo, por lo menos en el unánime decir de cuantos con él toparon.
Pero lo que causará siempre grande admiración en este siglo y en los venideros es la desmesurada longitud de sus piernas, pues cuando le venía en gana darse un paseíto, ya fuera para desentumecerse o para ir en busca del sustento, no necesitaba de muchos trotes porque con sus zancas podía darse el lujo de andar de alto en alto o de cerro en cerro. (Cerraban muy bien las puertas) no fuese que llegase a altas horas de :a noche a robarse la sal, por la que se desvivía. Sin embargo, en algunas casitas (ponían) algunos terrones de sal sobre los jinés del fogón, pues se contaba con insistencia que en varias ocasiones en que eso hicieron algunos afortunados, llegaba el solitario, se llevaba su sal y en cambio dejaba unos cuantos pedazos de oro.(...) Más de un mortal experimentó la sorpresa de encontrarlo en la montaña meciéndose en los bejucos pendientes de los árboles milenarios y cantando muy al compás:

Si el bejuco se revienta,
¡Cómo le irá al ciudadano!" (...)
"La muchacha que a los quince
no se acueste con sus taitas,
que se tranque bien la puerta
porque se la lleva el Juaica." Fómeque (León Rey: 1942: 168).
Estos Mojanes pueden presentarse con apariencias diferentes (uno en forma de humano y otro en forma de plantas), pero tienen rasgos que los hacen comunes, especialmente las plantas en sus cuerpos. Siguiendo esa característica, los clasifiqué como "Juaicas”, aunque tengo claro que, así como las aguas son móviles, estos personajes se pueden transformar en Mojanes de oro o en forma animal cuando "avanzan" en el ciclo. Hay, además, otra dimensión de este tipo de clasificación, que no estudié, y es que hay nombres de cerros y Mojanes de oro que se repiten en la Sabana, como si fueran un tipo de categoría. Entre ellos están La Juaica, El Juaica y El Juaical. Así que, muy unidimensionalmente, podemos decir que la representación de un Moján se da según el lugar del ciclo del agua donde se estén produciendo fenómenos. En el caso de los "Juaicas", su lugar serían las "casas de agua" "cañada arriba y cañada abajo" (Claudio Cano, Cota). Tales casas se han acabado por la quema indiscriminada del monte.

"Los ríos antes eran abundantes, pues llovía mucho. Había casas de agua, quebraditas por todo el cerro. En el Cetime nunca hizo falta el agua, hasta hace 20 años. Por ahí hasta el año 50, nunca hizo falta el agua en el cerro. Aún en los más intensos veranos, porque los veranos también eran naturales, no eran enemigos." Don Claudio Cano, Cota.

"El nivel del agua se bajó 200 metros. Ahora un pozo no bota agua a menos de 58 mts. Eso pasó por estar desforestando. Antes, cuando se cercaba y se hacían huecos de 30 cms. Al ratico ya estaban llenos de agua. Se sembraban sauces en cualquier lado y prendían rápido, raizaban fácil.”
¿Además del sauce, qué otras matas?
“El cerezo, el gaque, el aliso, el saís... pero como no más es tumbar y queme. Ahora lo que siembran son palos como el eucal, el pino, la acacia, que no hacen más que chupar agua, mucha agua. En cambio, las otros sí mantiene el agua, no la dejan secar. El cedro, el nogal, el encenillo, los arrayanes, el gaque.
"(...) Se hacía primero el arco en Chusque y después se cubría con Cape. el que llaman ahora Raque. Ninguno que yo sepa es de curación, pero ambos son acuíferos, junto con el musgo y la lama.” Teodomiro Rivas, Tenjo.
Las "casas de agua" son el sitio de encuentro de los animales del monte (su comportamiento frente al agua es uno de los rasgos mas importantes para describirlos, más que su propia constitución). Los borugos, los zorros, las zarigüeyas, conejos10 y, en especial, un pájaro que avisa dónde está el nacimiento.

"Hay un pájaro que se llama Pava Torcaza. También le dicen la Guachoca. Ella anuncia el agua de un silbido. Pasa por la orilla del nacedero comiendo lombrices y llamando al agua, es parecido a! pájaro carpintero, es patilargo y el canto es fii fu fií." Teodomiro Rivas, Tenjo.

“Los nacimientos en el cerro son, pues, todo un hábitat para investigar, acompañante del mito del Moján bola de chamizo y de otro tipo de mitos, los de las Vírgenes. Estas vírgenes son importantes especialmente en verano, pues ellas sustituyen a los Mojanes (ocultos por estas épocas), sacando agua de los corredores subterráneos a la superficie de la tierra seca, aumentando así su caudal. Una de ellas se especializa más en los nacimientos cercanos a las cumbres y es la de Chiquinquirá, porque trae lluvias en verano a las zonas altas y con su agua bendita "atrae” las ánimas que rondan los canales y las agrupa, resucitando un nacimiento.
Mi hermana fue a Chiquinquirá y me trajo agua bendita. Dice que si entierro el agua en el nacimiento que se secó, volverá a salir agua a los tres días. Claro que hay que ponerla en un tiestico con tapa como los antiguos. Y dice que enterrada. Así dizque hizo el señor.... y a los tres días le salió agua. Claro que yo no más la puse, no que no hay cómo enterrarla, es mera roca... Pero la tapé con piedras para que no la vean. Este nacimiento venía de arriba, pero se secó en el incendio.”
¿Y por qué se secó, si el incendio fue bien arriba?
“Porque donde se oculta la neblina es donde se queda el agua, resume lo de la montaña y sale por ahí, por entre la roca. También allá se puede enterrar el agua bendita..." Don Abraham Rute, Tenjo.
Otras vírgenes, la del Carmen y la virgen del Amparo de Chinavita, también sustituyen a los Mojanes en verano, y cumplen papeles más locales: traer lluviecita al sacar ánimas y tesoros ("guacas") de los nacimientos de las partes bajas de las montañas. Las "guacas" son una derivación del tesoro grande de encantos y se localizan en las partes donde el agua resume en las faldas y el valle. Sus guardianes son las ánimas de los muertos. 3.2.3 Ríos y pantanos: Lagunas visibles

Estas reciben sus aguas de los túneles y cañadas y son fundamentales en la parte del ciclo que corresponde a los valles y partes bajas de las montañas (que es donde se estancan); a nivel macroterritorial, lo son de la zona plana de la Sabana de Bogotá, donde el sistema es principalmente de lagunas y "pantanos”. Al ser zonas de frontera "visibles", su bravura es especialmente de defensa y robo.

"En Santander, según afirmación del Presbítero Luis Alberto Castillo, también creen los campesinos que todas las lagunas eran encantadas y aún bravas, pues perseguían a quien se les acercara." (León Rey, 1985).

"Allá va mucho pato, manadonones. Allá, en medio de la Laguna hay una islita que es encantada, se llena de patos migratorios. El Moján no deja que se acerque gente allá. Se echa a llover. No deja arrimar gente." Don Clímaco Cuenca, Suba.

“Alrededor del páramo hay muchas historias; no falta quien, viendo algún turista camino a la laguna, le advierta que no se debe quedar uno, que a ‘las lagunas no les gusta que las molesten, por eso truenan.’” Guatavita (Forero, 1992: 100).
Cono ya lo mostramos antes, la forma para entrar a estas lagunas sin encantarse, es entrando por cuevas en cerros aledaños, recurriendo a sus piedras-puerta, y caminar al revés (probablemente para emular el "reflejo" de los mundos). Las lagunas abiertas son puertas del mundo acuático con restricciones para los de lo seco, pues por ellas hay movilidad y autonomía de encantos y encantados, que se absorben a los raizales y los encantan (absorben su calor). Como lugar de entrada, transforma la esencia de los seres de lo seco, a diferencia de las ocultas que pueden mantenerla, por ello es posible entrar en una laguna abierta sin transformarse, pero por su entrada "trasera", como lo relatan para la laguna de Ubaque. Estas ventanas son un sitio fronterizo, el único por donde salen Encantos y Mojanes niños a jugar con los niños de los hombres.

En conclusión, las lagunas abiertas son contextualmente una derivación de las ocultas, como resultado del descubrimiento (incestuoso) de secretos enterrados (Cota y Tota), y por su papel de columnas, que conectarían el mundo acuático profundo con la superficie terrestre. Cualquier intento de desaguarlas o de robarles sus tesoros o de invadir sus espacios, tiene como respuesta la bravura de la laguna. Las otras lagunas que están en esta zona pero en las partes altas, pertenecen al sistema de lagunas de cueva a pesar de estar al aire libre, y son Guatavita, Suesca, Neusa.

La Sabana


De todas partes de la Sabana vienen quebradas y ríos que han sumado en sus valles las lagunas de sus cerros de lado y lado (de Oriente y Occidente). Desde el punto donde nace, el Bogotá es una quebrada y se forma como río en Briceño, con la suma de tres ríos: Sopó, Neusa y Briceño. Ya, a partir de ahí, era navegable y lo recorrían los pescadores hasta la frontera de Engativá y Fontibón, pero especialmente hasta el pantano de "La Florida". Había partes mansas y panditas, otras profundas y de remolinos. El pescado se buscaba con varas especiales para cada lugar, sobre balsas de junco grandes y varas pequeñas amarradas. Los pescadores generalmente eran familias de veredas cercanas a los ríos y son los que hoy en día cuentan toda la variedad de pescados, animales y plantas que había entonces y, con ellos, los Mojanes de pantano guardianes. Por lo "llano" se forman muchos pantanos conectados unos con otros, que en invierno hacen más caminos y en verano menos.

Los Mojanes y las Sirenas caminan por esos corredores en invierno, aumentando el agua y los peces, especialmente en Octubre. La Sirena, "Reina del río Bogotá”, viaja de la laguna Tibabuyes a la del Guaco, a La Florida, hasta la laguna de la Herrera. El Moján viene por el río Bogotá en un carro de pescados. En verano se quedan quietos. Entonces, los Mojanes de nube salen de los pantanos y se van al norte, pero se quedan los de pantano.

"En la laguna a este lado de Funza (norte), llegando a un lago que llaman "El Cacique", ahí es la casa de él." Carlos Balsero, Pueblo Viejo, Cota.

"La serpiente de oro vive ahí en la laguna (Salitre Tuna Baja, Suba). También el Moján vive ahí, se ve cuando sale para al norte. Para que el Mohán esté debe haber junco, tambuche. Se mete ahí y se asoma." Don Clímaco Cuenca, Tuna Alta, Suba.
Otras historias antiguas dicen que, en ciclos muy grandes, se juntan las sirenas de la zona intermontañosa, llevándose en creciente a los Tunjos y no los regresan jamás, entonces no van a la Herrera sino al Salto de Tequendama. Empieza con trombas en la parte alta y termina en inundaciones y la gran creciente que cae en el Salto. Pueden quedarse ahí o se pueden ir a tierra caliente y el mar.

"(Las trombas) lo hacen cuando se quieren bajar al río y, como van a dar al mar, ya no vuelven por aquí. Eso ha pasado con los que se han ido al Salto. El más hondo que hay (hace con los brazos la cuenca del Salto). Al fondo hay laguna, por ahí se sale es al mar. Esos Mojanes son muy ricos, pero mucha riqueza." (...) "Ya el propio se está en el mar. Le gusta la visibilidad y todo en el mar... y en el mar y en el río topa que comer... tienen por donde nadar (...)”. Macedonio Romero, Cetime, Cota.
En toda la tierra fría parece que hay varios "Saltos” o salidas a tierra caliente, unas para el Llano, otras por el Magdalena, pero falta investigar en Boyacá, que es donde están las otras dos (Garagoa y Chicamocha). Del camino al mar no comentan, como tampoco si ya estando en el mar pueden comunicarse de alguna manera con las lagunas "ocultas" (ya sea en nube o por las columnas de oro). El ciclo vuelve a empezar con las nubes que vienen por las distintas tierras calientes a tomarse el altiplano.


 
 
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